Capítulo 63: LYON

A la mañana siguiente todo había vuelto a la normalidad. La fiesta había terminado alrededor de medianoche, los niños tenían escuela al día siguiente, la gente tenía trabajo y cosas así. La primera incursión de Kat en la hermandad había sido un gran éxito; ella estaba orgullosa como la mierda y yo también.

Mi mujer podía manejar sus asuntos y era bueno saber que no tendré que depender de mamá para ese tipo de cosas en el futuro. Sueno como un domesticado de mierda.

—Cariño, date prisa que tenemos trabajo.

—No puedo, voy a llamar para decir que estoy enferma —se enterró bajo las sábanas. Le toqué la frente y no tenía fiebre. La revisé, nada; se veía como usualmente se ve cada mañana; despeinada y jodidamente sexy. Le di una nalgada para que se moviera.

—Ay, eso es malo, además, estoy demasiado enferma, creo que me rompiste anoche o esta mañana o cuando sea.