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Mi Ángel todavía se sentía un poco necesitada después de la cena, así que me senté en el sofá con ambas en mi regazo. La pequeña hablaba con el fuego y se comía la manga de mi camisa, y su madre me olisqueaba el cuello. «Joder, soy un viejo casado». Me sentía como en una pintura de Norman Rockwell, pero no lo cambiaría por nada.
No había nada más que prefiriera hacer. La verdad es que no podía recordar mi vida antes de ellas. Y pensar que casi la descarto cuando nos conocimos; mi chica me sorprende cada día. Creo que es más pervertida que yo, y eso es decir mucho.
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KAT
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Colt es muy bueno calmando mis miedos, pero es un hombre, no entiende cómo se siente que toda tu vida esté siendo amenazada. Su respuesta para todo es que le den. Ojalá pudiera ser tan valiente.