Capítulo 127: LYON

—Mamá, ya estamos aquí.

—¡Oh! ¿Dónde está mi dulce niña? Ven a darle un besito a la abuela. —Vino corriendo, la pequeña cerdita con el delantal puesto y lista. Entré en la casa donde tenía la música navideña a bajo volumen, las luces del árbol parpadeaban y había una montaña de regalos que llegaba hasta el centro de la habitación.

No necesitaba mirar para saber que más de la mitad eran para mi niña. Las mujeres ya estaban charlando sobre algo u otro cuando papá entró en la habitación.

—Hola hijo, feliz Navidad.

—Feliz Navidad, papá. —Nos dimos un abrazo antes de dirigirnos al sofá. A menos que mamá necesitara algo del exterior, ese era prácticamente nuestro lugar hasta la cena.

No se nos permitía estar en la cocina durante la preparación, lo cual me parecía bien. Aparentemente solo estorbábamos y nuestros servicios solo eran necesarios para levantar cosas pesadas y hacer mandados.

—¿Quieres café, hijo?

—No, ya he tomado suficiente. ¿Dónde está Carol?