Capítulo 35

Traicionado por la Sangre~

El rey irrumpió en la habitación que le habían proporcionado a él y a la reina, sus botas golpeando contra el suelo. La reina cerró rápidamente la puerta, lamiéndose los labios nerviosamente. El Rey Alaric se quitó el abrigo de un tirón, arrojándolo a una silla cercana con suficiente fuerza para derribarla.

—Ese perro arrogante —siseó con ira—. ¿Quién se cree que es pavoneando su poder frente a mí? —gruñó, su pecho retumbando de ira, su voz venenosa.

No podía olvidar lo que acababa de suceder. La forma en que Cain lo había irrespetado descaradamente al no inclinarse ante él, ni siquiera extendiendo su mano para un apretón. ¿Cómo se atrevía a actuar tan pomposo? La manera en que Cain se había negado a inclinarse, su pausa deliberada antes de dirigirse a él como Su Majestad. Y lo peor de todo, esa sonrisa presumida e irritante.

«Hmm... Quizás su preocupación sería más válida en los confines de la manada de su majestad. Esto es Vehiron».