Capítulo 36

Traicionado por la Sangre~

El sonido de pasos resonó por el pasillo, y pronto la puerta de la oficina se estaba abriendo. Lydia se detuvo junto a la entrada, se aclaró la garganta y entró, con voz firme.

—Alfa Cain —dijo—, Luna Plateada ha llegado a las fronteras. Han entrado al territorio y solicitan entrada.

Cain levantó la vista de los papeles con los que estaba trabajando, arqueando las cejas ante la mención de la manada.

—Luna Plateada —repitió suavemente, entrecerrando los ojos ligeramente como si saboreara el nombre en su lengua—. ¿Han venido, eh?

Lydia asintió.

—Sí, Alfa. Están aquí, esperando en las puertas. El nuevo alfa, Alfa Matt, los está liderando.

Cain se reclinó en su silla, juntando los dedos pensativamente. Una sonrisa depredadora y presumida se posó en sus labios. Todavía recordaba haberle dado una lección en la manada del rey cuando empezó a hablar de más. Se preguntaba si el chico había aprendido modales ahora o si tendría que darle una lección aún mayor.