Capítulo 66

Traicionado por la sangre

Él estampó sus labios contra los de ella con una desesperación que ya no podía contener más.

Su brazo se enroscó alrededor de su cintura, atrayéndola con fuerza contra él, obligando a su cuerpo a amoldarse al suyo. Ella no luchó contra ello, no es que quisiera. Su propia necesidad la hacía maleable en su agarre. Ahora estaba a su merced.

Su lengua se deslizó en su boca, posesiva y dominante, tomando lo que quería. Sus suaves gemidos fueron tragados por él mientras su beso se profundizaba, cada movimiento enviaba chispas de calor a través de su cuerpo. Su agarre se apretó, los dedos clavándose en su espalda como si quisiera marcarla.

Ella gimió en su boca, temblando por la intensidad. Sus manos instintivamente encontraron sus hombros, las uñas clavándose en su piel. Podía sentir el latido constante de su corazón, rápido y errático, igualando al suyo.