Traicionado por la Sangre
Cain estaba sentado en su escritorio, con la mandíbula tensa mientras hojeaba informes que apenas le importaba leer. Los números, cifras y detalles interminables se sentían distantes, incluso sin sentido. Estaba esperando noticias de Callum, pero aún no había nada. El silencio se había prolongado demasiado.
Un golpe fuerte en la puerta lo sacó de sus pensamientos.
—Adelante.
Lucas entró, sin su habitual comportamiento tranquilo; en cambio, parecía como si hubiera visto un fantasma.
—¿Qué es...
—Hay alguien aquí para verlo, Alfa —las palabras de Lucas fueron cortantes, apenas por encima de un susurro. Se hizo a un lado, y los ojos de Cain se dirigieron hacia la puerta.