Traicionado por la Sangre
Capítulo 96
Un hombre estaba sentado en una silla dorada bastante grande, sus dedos adornados tamborileando tranquilamente contra la mesa de madera oscura frente a él. El tamborileo rítmico cesó cuando una figura encapuchada entró en la habitación, vestida con un mono negro. Se inclinaron en cuanto vieron al hombre y se acercaron, colocando cuidadosamente un trozo de pergamino doblado sobre la mesa.
El hombre inclinó la cabeza, entrecerrando los ojos. Extendió la mano y tomó la carta, desdoblándola. Sus ojos afilados escanearon el contenido, su expresión ilegible por un segundo.
El hombre golpeó el sobre en la mesa en un ataque de ira.
—Esto es inútil —gruñó venenosamente. Arrugó el sobre en sus manos y dirigió su mirada hacia la figura.
—¿Qué es esto? No pedí esta basura —siseó.
La figura se inclinó aún más, casi doblándose por la mitad.
—Perdóneme, Señor. Pensé que sería útil —respondió la figura.