Capítulo 175

Traicionado por la Sangre

Las afueras de la manada estaban tranquilas. El aire estaba cargado de hojas húmedas y un leve aroma a hierbas.

Avery estaba de pie con Lydia y Emma frente a la pequeña y desgastada cabaña, sus paredes de madera deformadas por el tiempo y su techo ligeramente hundido.

Lydia dejó escapar un lento suspiro, con los brazos cruzados. —¿Estamos seguras de que es aquí? —preguntó, mirando la casa con cautela—. Han pasado años desde que Hugh la desterró. Podría estar muerta.

Emma negó con la cabeza. —No. Ella está aquí. —Pasó una mano por el marco de la puerta—. Alguien todavía le trae fruta fresca todos los viernes al mediodía.