¿Esperaba que nos acurrucáramos?

(Advertencia: Contenido para adultos)

Ella intentó forcejear contra el poste de la cama, sus dedos tratando de quitar el cinturón de su muñeca, pero yo sostuve su mano, deteniéndola.

—Ah, ah, ah —me reí entre dientes, colocando un suave beso en su cuello mientras presionaba sus nalgas con mis manos.

Ella gimió, renunciando completamente a la lucha y cediendo una vez más.

—Puede que te tome algo de tiempo acostumbrarte a estar atada. A no tener el control —le susurré al oído mientras también usaba mi pene para frotar contra su trasero—. Pero confía en mí... Serás tú quien ruegue por más cuando todo termine.

Ella simplemente asintió, temblando como un perro bajo la lluvia. Pero luego siseó:

—¡Solo fóllame y termina con esto, Kaene!

¿Oh? ¿Me deseaba tanto, eh?

Una sonrisa astuta se dibujó en mis labios mientras le daba una nalgada, haciendo que la habitación resonara con el sonido junto con el estimulante sonido de sus gemidos.