—¿Qué estás haciendo en mi suite con toda esta gente, Elsa? —fui directamente al punto, cruzando los brazos frente a mi pecho.
Hacía un poco de frío afuera, lo que era aún más obvio porque solo llevaba una toalla.
De todos modos, ella puso los ojos en blanco, encogiéndose de hombros. —¿No es obvio? Tu suite pronto se convertirá en MI suite. Estoy aquí para hacer que cumpla con mi gusto y estilo, ya que tu estilo es... bueno, inexistente.
Se rio al final, pasando junto a mí y volviendo a la suite. —¡Robert! Quiero un mini bar construido en esa área detrás de ti. Y luego, la iluminación en toda la suite es horrible. Tendremos que hacer algo al respecto...
Continuó ladrando órdenes a todos, ignorando completamente mi existencia.
Me quedé allí, sin palabras y sin saber qué hacer. ¿Qué podría hacer alguien en una situación así?