Casaio vertió una generosa cantidad de alcohol en su vaso, el líquido ámbar reflejando la luz. Lo agitó una vez antes de llevárselo a los labios.
—Gabriel se va a casar antes que tú —comentó Dominick, con los ojos fijos en el documento que tenía en la mano mientras hojeaba casualmente sus páginas—. ¿No deberían tú y Zilia haber fijado ya una fecha para la boda? Mamá y Papá estaban realmente esperando recibir algunas noticias.
Casaio arqueó una ceja y se sentó frente a él, sosteniendo suavemente el vaso en su mano.
—¿Y qué hay de ti? —contraatacó—. Tú y Juniper tampoco han hecho ningún anuncio.
Dominick cerró el archivo.
—Haremos el anuncio mañana —dijo—. La boda es en tres meses. Juniper es muy particular con las fechas propicias y las tradiciones. Quería asegurarse de que todo se alineara correctamente.
Una leve sonrisa tocó los labios de Casaio.
—Me alegro de saberlo. Felicitaciones a ambos —dijo sinceramente, antes de beberse el contenido de su vaso de un largo trago.