—Usa este —susurró Gabriel, parado cerca frente a Amelie mientras su mirada se fijaba en ella.
Para él, nada importaba más que la elección de su pareja. Como a Amelie le gustaba ese vestido más que los otros, sintió que debería usarlo en el día de su boda.
—Pero... —Katelyn no habló más cuando Gabriel le dio una mirada severa, queriendo que se mantuviera callada.
—Me cambiaré entonces —dijo Amelie y se dirigió a la habitación cerca de la escalera.
Una vez que se fue, Katelyn se quejó con Gabriel.
—Este tercer vestido habría sido mejor. Necesita verse más regia —pronunció Katelyn.
—También está embarazada. Será incómodo para ella llevar un vestido tan pesado el día de la boda —respondió Gabriel. Luego se disculpó y fue a la habitación donde estaba Amelie.
Cuando llegó a la puerta, encontró que estaba cerrada por dentro. Gabriel golpeó la puerta cuando Amelie la abrió rápidamente.