Sobre su barriga

Gabriel cogió el teléfono y vio una llamada perdida de Louis. Tenía una mano en el nudo de la toalla, que colgaba alrededor de su cintura mientras sostenía el teléfono firmemente en su oreja.

—Buenos días, Príncipe Gabriel —saludó Louis desde el otro lado.

—Buenos días. ¿Lo averiguaste? —preguntó Gabriel.

—Sí, lo hice —respondió Louis.

—Entonces, ¿qué significa eso? —inquirió Gabriel.

—Nada —respondió Louis—. La bruja mencionó que es solo un tatuaje ordinario —mintió claramente en un tono que sería difícil tener una pizca de desconfianza en él.

—Ya veo. Gracias por el esfuerzo. Nos reuniremos después de que regrese a San Ravendale —dijo Gabriel.

—Claro —respondió Louis, sin indagar más sobre dónde estaba.

Al terminar la llamada, Gabriel llamó a Karmen de inmediato. Sin esperar ningún saludo formal, ordenó:

— Vigila a Louis y averigua con quién se ha reunido en los últimos días.