Cediendo

Esa no fue en absoluto la reacción que ella esperaba.

—¿Qué tal si hacemos un trato, Gatita? —propuso él, colocando suavemente su cabello detrás de la oreja.

No sabía qué le había pasado, pero ya no le importaba.

Sabía que lo que estaba a punto de decir sería un shock y una sorpresa para ella, y para cualquiera que lo escuchara.

Pero. No. Le. Importaba. Estaba siguiendo sus instintos.

Lo había ignorado lo suficiente, era hora de admitirse a sí mismo que no tenía ningún problema con Catherine(Audrey), y si ella era su pareja, bien podría intentar encontrar un punto medio con ella.

No había sido el mejor compañero hasta ahora. Era hora de cambiarlo. Al final del día; él era quien estaba cediendo.

—¿Qué trato? —preguntó Audrey, levantando su linda ceja.

—Acurrúcate conmigo esta noche y...

—¡Diablos, no! —dijo Audrey rotundamente—. Cortándolo por completo.

No podía creer lo que oía; no había necesidad de dejarlo terminar la tontería que estaba a punto de decir.