Conversación Acalorada

Incluso se aseguró de moverlos de vez en cuando mientras hablaba con el pretexto de ajustarse a una posición cómoda.

—Señor, su comida está servida —dijo mientras se colocaba junto al Alfa Lago.

—Puedes traer la comida aquí, ¿no ves que estamos ocupados? —preguntó Adeline con arrogancia.

—¡Pfft! —resopló Audrey, conteniéndose para no reír.

—¿Qué es tan gracioso, criada? —Adeline ya no podía soportar más la actitud de Audrey.

Audrey miró al Alfa Lago, esperando que dijera algo para apoyar a Adeline, pero, para su sorpresa, tenía una expresión de diversión en su rostro.

Audrey no podía creerlo, ¿estaba conspirando secretamente contra Adeline con ella? Nunca supo que él tenía este lado travieso y juguetón.

—Lo siento, yo no sirvo a los visitantes, solo trabajo para el Alfa. Si tiene hambre, por favor vaya a la cocina de la manada... o salga a cazar —dijo Audrey con una sonrisa, luego se dio la vuelta y caminó hacia el comedor.