Eres mía, Gatita

—¡Deja de hablar y ven a pelear conmigo, zorra! —Audrey observaba cómo Janeth se hacía pasar por ella sin vergüenza alguna.

Sí, Janeth.

En el momento en que puso sus ojos en ella, supo inmediatamente que era obra de su hermana bruja, Enissa.

Su hermana la había reconocido en la oficina del Alfa, debió haber planeado algo malvado con Janeth a cambio de dejarla estar con el Alfa como inicialmente deseaba.

—Estúpida —murmuró Audrey mientras observaba a las antiguas mejores amigas enfrentarse.

—¡Perra! ¡Tuviste el valor de volver aquí, te lo voy a demostrar! —Stacy se lanzó contra Janeth.

Se encontraron en el aire, cayendo juntas sobre el duro suelo y rodando en una pelea seria.

—¡Suficiente! Las dos. ¡Todos están despedidos! —ladró el Alfa Lago.

—Catherine, Stacy, Sandra, Alex, y... tú —señaló a Janeth. No podía llamarla Audrey. Sabía que no era ella.

—¡A mi estudio! —gruñó en voz baja y se dirigió hacia la terraza que conducía al Packhouse.