Era fanática de las camisas grandes, llevaba puesta una camisa negra que le llegaba a la mitad del muslo. Parecía como si no tuviera nada debajo.
—¿Me estás escuchando? —la irritante voz de Stacy le recordó que no estaba sola en la habitación.
—Lo siento. No escuché ni una palabra tuya. Repite, cariño.
Stacy estaba furiosa, marchó bruscamente hacia Audrey, lista para darle una lección.
¡SLAP!
Una fuerte bofetada aterrizó en la mejilla de Audrey.
Audrey sonrió, había conseguido lo que quería, ahora, era su turno de tomar represalias.
No toleraría que una imbécil pusiera sus sucias manos en su hermoso rostro; en Catherine, en Avery, y, seguro que no en esta nueva Audrey.
—Te lo mereces, perra. ¿Sabes quién soy yo? —preguntó Stacy enfurecida.
Audrey simplemente negó con la cabeza inocentemente. Alimentando la ira de Stacy.
—Por supuesto que no lo sabes. ¡Soy la pareja del Alfa Lago! ¡No vuelvas a acercarte a él con tu ser sin lobo, ¿entiendes?!