—Discúlpenos, señorita —le dijo Alex a Janeth mientras arrastraba a Sandra a una esquina y le susurraba algo al oído.
Regresaron con grandes sonrisas en sus rostros.
—Lo siento —dijo Sandra.
—¿Qué? —preguntó Janeth, confundida.
—Sentimos no haber creído. Hemos sido engañados por esa malvada Catherine, y no podíamos arriesgarnos a confiar en cualquiera que se hiciera pasar por ti. Lo sentimos, Audrey. ¿Un abrazo? —explicó Sandra. Extendió sus brazos hacia Janeth, invitándola a un abrazo.
—Sí, lo sentimos —dijo Alex, haciéndole señas para un abrazo grupal.
Janeth no podía creer lo que oía. Estaba celebrando en silencio. Su plan avanzaba más rápido de lo que pensaba; solo tenía que encontrar una manera de convencer al Alfa de que ella era la verdadera Audrey; entonces, podría comenzar completamente su misión.
—¿Ustedes, ustedes me creen? —preguntó Janeth inocentemente.
—Sí, ¿por qué no? ¡Ven aquí! —Alex arrastró a Janeth a un abrazo grupal.