Ella no había planeado hacer nada que pudiera ofender a Audrey, pero Adeline apareció y le estaba causando problemas.
Temía que Audrey pudiera enojarse y hacerle cosas malvadas.
—Está bien, Stacy. Por eso siempre te he admirado... aunque queramos al mismo hombre —Adeline se rio, pero Stacy solo la miró con una expresión indescifrable.
—N-no es lo que piensas...
—Le das el uso correcto. No es más que una esclava insignificante. Ahora, humana, sírvele más vino —Todo este tiempo, Audrey solo estaba sentada, observando a las dos mujeres que la estaban entreteniendo bastante.
—¿No? —dijo Audrey con un gesto de cabeza, enviándole a Stacy una sonrisa escalofriante.
—Perra.
—¡No! —Stacy se levantó rápidamente de la silla y apartó la mano de Adeline que pretendía verter el contenido del vaso sobre la cabeza de Audrey; provocando que ocurriera lo contrario.