Ella no es nada suyo.

—Durante toda la reunión, observamos que los locales parecían preferir el aroma más relajado mientras que los socialités parecían disfrutar de los aromas sensacionales, ese que hace una declaración dondequiera que vayamos —Leon estaba analizando algo con Audrey cuando de repente sonó un golpe en la puerta.

—Yo abro —Leon estaba a punto de levantarse de la silla, pero Audrey le sujetó la mano.

—No, no, eso puede esperar; terminemos —ella respondió.

—Um, está bien —Leon miró hacia la puerta antes de continuar con su evaluación.

Audrey ya sabía quién era, y adivinaba por qué había venido a verla.

Había olido a Andrew incluso antes de que llamara a su puerta.

Leon seguía hablando, y Audrey intentaba escuchar lo mejor posible; ya sabía todo del análisis que le estaba dando, pero tenía que dejarlo hablar; a él le encantaba ser quien la hacía «entender» las cosas mejor.

—Entonces, ¿qué piensas? —Leon terminó y preguntó a Audrey expectante.