Llegamos a la mansión abandonada que supuse era el cuartel general de los intrusos. A partir de ahora, me referiría a ellos como la tercera raza o vampiros, e instantáneamente recordé las palabras de Lex de que no eran vampiros ordinarios.
Clan. ¿Era así como llamaban a su grupo? Si no eran vampiros ordinarios, ¿entonces eran personas importantes en el clan, como el Tío Ray o Isaías?
¿Y qué hay de Lex? Tenía tanto poder que yo sabía. ¿No era él también una parte vital del clan o algo así?
—Espera aquí. Iré a reunirme con el Tío Ray allá —ordenó Isaías. Rápidamente me sacudí su mano, que estaba sujetando mi brazo. La agarré con fuerza y le impedí marcharse.
—¿Por qué deberías tú? Puedo manejar a criminales como ellos por mí misma —respondí, sin aceptar su actitud arrogante que parecía subestimarme.