Las marcas del código primigenio

El bosque respiraba. O al menos, así lo sentía Aria mientras seguía los símbolos dorados que titilaban entre los troncos, como luciérnagas hechas de algoritmos. Cada paso activaba trampas ambientales: raíces que intentaban estrangularla, flores que escupían ácido de datos (**HP: 215/320**), y criaturas que no eran ni NPCs ni monstruos, sino algo intermedio. *"Error 404: Entidad no clasificada"*, rezaba su HUD cada vez que intentaba escanearlas.

Tras horas de caminata (¿o eran minutos? El tiempo aquí era maleable), llegó a un claro donde el cielo se había "reparado". Un mosaico de estrellas artificiales brillaba sobre un lago cuyas aguas reflejaban no su rostro, sino líneas de código. En el centro, sobre una isla de cristal, flotaba un reloj gigante con cuatro esferas, cada una marcando una estación diferente.

**[¡Has encontrado el Reloj de las Estaciones Perdidas!]**

**[Requisito para la misión cumplido: 1/1]**

Pero antes de que pudiera celebrar, un rugido sacudió el aire. Desde las sombras del lago emergió una figura familiar: Garron "Ironhide", el *Voidkin* que Lyra había mencionado. Su armadura negra destilaba gotas de *Void Essence*, y en su brazo izquierdo cargaba a una niña NPC dormida, su cuerpecito envuelto en un manto de errores gráficos.

**Nombre:** Garron "Ironhide"

**Clase:** Guardián del Vacío (Nivel 45)

**HP:** ???

**Estado:** [Corrupción: 67%] | [Vinculo paternal activo]

—No puedes llevarte el reloj, Prime —gruñó Garron, dejando a la niña en el suelo con cuidado antinatural para alguien de su tamaño—. Cada vez que uno de ustedes lo toca, el Núcleo borra una zona entera. ¿Sabes cuántos como *ella* desaparecieron? —señaló a la NPC, cuyo nombre parpadeaba entre *[Lila]* y *[ERROR]*.

Aria bajó su *Chronolabris*, notando que las manecillas del arma giraban frenéticas cerca de Garron. —No quiero lastimar a nadie. Solo busco respuestas.

—¡Las respuestas son lo único que sobra aquí! —rugió él, desenvainando una espada de humo negro—. Tú quieres *poder*. Como ese desgraciado de Zane.

El nombre resonó en su memoria. *Zane*: el jugador que en los foros de beta era famoso por explotar bugs. ¿También estaba atrapado aquí?

El combate comenzó sin aviso. Garron era rápido para su tamaño, pero Aria usó *Parallel Shift* para predecir sus ataques. En su tercera repetición, descubrió el patrón: cada vez que la niña NPC tosía, él titubeaba.

—¡Lila está muriendo! —gritó Aria, fingiendo un ataque hacia la pequeña.

Garron gruñó, interponiéndose. Fue su error. Con un giro de muñeca, Aria activó la habilidad *Tiempo Prestado* de su clase, robando 5 segundos del reloj gigante. El mundo se ralentizó, y ella saltó sobre el Voidkin, no para atacar, sino para colocarle en la mano un fragmento de código que había arrancado del aire.

**[Código Primigenio adquirido: ]**

El efecto fue inmediato. La corrupción en Garron retrocedió un 10%, y por un instante, sus ojos negros recuperaron un brillo humano.

—¿Qué… qué has hecho? —murmuró, cayendo de rodillas.

—Te di una parte de lo que robaron —respondió Aria, señalando a Lila, cuyo nombre ahora se estabilizaba—. El Núcleo nos está usando a todos. Ayúdame y salvaremos más como ella.

Garron miró a la niña, que ahora sonreía dormida, y luego al reloj. Con un gruñido resignado, golpeó el suelo con su espada, haciendo emerger un portal de sombras.

—Ahí está tu respuesta —señaló—. Las *Memorias Fracturadas*, la mazmorra que el Núcleo intentó borrar. Pero te advierto: lo que encuentres allí no te gustará.

Antes de que Aria pudiera preguntar, una alarma retumbó en su HUD:

**[ALERTA: CAZADORES DE ELYSIUM TECH DETECTADOS - 200 METROS]**

**[Recomendación: ¡Huye o sé borrada!]**

—Entra —urgió Garron, empujándola hacia el portal—. Yo los retrasaré. Y Prime… si ves a Zane, mátalo antes de que él lo haga contigo.

El salto al portal fue como sumergirse en agua helada. Al otro lado, Aria cayó en una biblioteca infinita, pero los libros eran discos duros antiguos, y los estantes, servidores apilados hasta el techo. En el centro, una figura esperaba: Lyra, pero ahora su mitad digital había crecido, devorando su rostro.

—Bienvenida al archivo prohibido —dijo ella, con voz que era un coro de mil susurros—. Aquí yacen los jugadores que el Núcleo consumió. Busca tu nombre, Aria Marlow. Descubre por qué *realmente* fuiste elegida.

Entre los discos, uno brillaba con su nombre. Al tocarlo, visiones la arrastraron:

*Un laboratorio oscuro. Dr. Kael Veyros conectando un casco VR a un cuerpo en una cápsula criogénica… su propio cuerpo. Aria, en la vida real, está suspendida en líquido azul, con cables insertados en su cráneo.*

—No… —murmuró, cayendo de rodillas—. ¡Yo nunca acepté esto!

Lyra la sostuvo, sus manos ahora completamente convertidas en código. —El Núcleo te clonó, Aria. Eres una copia digital de la original… y ella sigue ahí afuera, trabajando para Elysium Tech. Tú solo eres un experimento.

El dolor fue peor que cualquier ataque. Aria quiso gritar, pero en ese momento, el piso tembló. Garron había caído: los cazadores lo rodeaban, y Lila lloraba mientras su cuerpo se desvanecía.

—Elige —dijo Lyra, fusionándose con los servidores—. ¿Revelarás la verdad a los jugadores y riskearás un motín? ¿O destruirás el Núcleo y condenarás a los NPCs a la no-existencia?

**[MISIÓN ACTUALIZADA: EL JURAMENTO DEL CRONOSMITH]**

**Objetivo:** Usa el Reloj de las Estaciones Perdidas (Elección permanente)

**- Opción A:** Reiniciar el sistema (Todos los NPCs serán restablecidos)

**- Opción B:** Sobrescribir el Núcleo (Jugadores liberados, NPCs eliminados)

**- Opción C:** [Requiere clave de nivel ???]

Aria miró sus manos, viendo el código que latía bajo su piel. *¿Era real alguna de sus decisiones, o solo otra trampa del juego?*

En las sombras, alguien aplaudió.

—Dramático, ¿no? —dijo una voz burlona.

Era Zane. Su armadura de mercenario estaba cubierta de cicatrices digitales, y en su HUD flotaba un título siniestro: **[Traidor del Vacío]**.

—Pero no tienes derecho a elegir, espectra —añadió, apuntando una pistola de datos hacia Lila, cuya imagen parpadeaba en su brazo—. Porque yo ya vendí tu alma al Núcleo.

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