# 📖 Capítulo 19 — El Peso del Fénix
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El viento se levantaba en ráfagas irregulares sobre los campos cercanos al Filo Carmesí, como si la tierra misma tratara de advertir a Caelan de lo que venía. Los árboles susurraban en un lenguaje antiguo, y las criaturas que habitaban los bosques cercanos parecían moverse con mayor cautela, como si sintieran la creciente **presencia del Fénix**.
Caelan estaba de pie frente a las ruinas de lo que alguna vez fue el **Templo de los Ancestros**, ahora casi completamente destruido. El relicario ya no existía, y con su desaparición, el **Pilar de Ignarion** se había liberado, trayendo consigo el comienzo de un caos que Caelan aún no comprendía en su totalidad.
Su **bestia guardiana**, un majestuoso dragón de fuego, había estado inquieto todo el día, sus ojos ardían con un brillo inexplicable. Caelan podía sentir cómo el poder dentro de él aumentaba, pero también se sentía **incontrolable**, como si el fuego pudiera consumirlo en cualquier momento.
Mientras caminaba por las ruinas, las **palabras del Patriarca Dervair** seguían retumbando en su mente:
—*"Este poder es un doble filo, Caelan. Lo que has desatado, no solo es tuyo. El mundo entero comenzará a moverse por él, y no todos son tan… comprensivos."*
Unos pasos más adelante, Caelan notó una figura emergiendo entre las sombras de las ruinas. Un hombre alto, vestido con una capa negra y con una máscara en forma de león. Su presencia era como un **eco frío** en el aire, algo que Caelan no había sentido antes.
—**Caelan Dervair**, ¿verdad? —La voz del desconocido era profunda, resonante, pero contenía un matiz de amenaza.
Caelan puso su mano en la empuñadura de su espada, pero antes de que pudiera hacer nada, el hombre alzó una mano.
—No he venido a pelear, no todavía. —El desconocido dio un paso hacia él, y Caelan sintió cómo el aire alrededor se cargaba con una energía densa, casi eléctrica.
—Soy **Marion Valthior**, y soy un amigo de aquellos que buscan el equilibrio.
Caelan frunció el ceño, sintiendo que algo no encajaba.
—¿Un amigo? No reconozco tu rostro ni tu nombre. —Su voz fue firme, pero no pudo evitar que un hilo de desconfianza se colara en su tono.
Marion sonrió de forma fría, y las sombras que lo rodeaban parecían responder a su movimiento, como si fueran parte de él mismo.
—Es natural que no confíes en mí. Es tu naturaleza desconfiar de aquellos que te observan desde las sombras. Pero debo advertirte, Caelan Dervair: has tocado un poder que pocos pueden siquiera imaginar, y no solo los reinos te observan…
—La **Orden del Umbral Silente** ya está en marcha.
El nombre de la orden hizo que el corazón de Caelan latiera más rápido. Sabía que las palabras de Marion no eran una amenaza vacía, sino una **advertencia real**. La Orden no iba a permitir que alguien como él caminara libremente por el mundo con el poder del Fénix.
—Ellos saben lo que has hecho. Saben lo que eres. —Marion dio un paso más cerca, pero Caelan no retrocedió.
—Y no están solos. Otros, como yo, también estamos interesados en tu poder. Algunos para destruirlo, otros para **usarlo**.
Caelan sintió una oleada de furia, su vínculo con el Fénix resonó dentro de él, pero se contuvo.
—¿Por qué me avisas? —preguntó, su voz grave.
—¿Qué es lo que realmente quieres de mí?
Marion mantuvo su mirada fija, como si intentara medir cada palabra que Caelan decía.
—Lo que quiero es lo mismo que todos los demás: asegurarme de que este poder no destruya el mundo.
—Y tal vez, solo tal vez, podamos usarlo **para algo mayor**.
En ese momento, el aire comenzó a enfriarse, y un murmullo extraño comenzó a ascender desde las ruinas mismas. Las sombras parecían moverse por su propia cuenta, creando formas inquietantes.
—No estás solo, Caelan Dervair. Y no todos son tus enemigos… pero debes aprender a distinguir a aquellos que realmente te ayudarán de los que solo buscan usarte.
—Y los primeros serán los más peligrosos.
Antes de que Caelan pudiera responder, Marion dio un paso atrás y desapareció en las sombras, como si nunca hubiera estado allí.
Caelan quedó allí, en medio de las ruinas, sintiendo cómo la **tensión aumentaba** en el aire. Ya no estaba solo en este viaje. El despertar del Fénix no solo había desatado **un poder peligroso**, sino que también había atraído a **jugadores aún más oscuros** al tablero.
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**FIN DEL CAPÍTULO 19 — El Peso del Fénix**