emyshchion

En un mundo donde cada ser humano nacía con un Guardián Bestial, criatura forjada de la magia de los elementos primordiales —fuego, agua, viento, tierra—, la vida era una danza eterna entre el poder y el destino. Desde su primer aliento, a cada niño se le concedía no solo una bestia, sino también un Dominio: una afinidad mágica que moldearía su camino, ya fuera la invocación de tormentas, la manipulación de las llamas, la comunión con la tierra o el fluir del agua.
La nobleza y la realeza eran castas no solo de sangre, sino de poder. Las Casas más antiguas dominaban elementos raros: hielo, relámpago, sombras, incluso éter espiritual. Ángeles custodiaban antiguos pactos de equilibrio. Demonios susurraban tentaciones en las noches más oscuras. Hadas y espíritus vagaban entre los mortales, invisibles para la mayoría, pero vitales en los hilos del destino.
En este mundo nació —o más bien, renació— Caelan Duskvarr, un alma vieja atrapada en un cuerpo joven, sin memoria clara de su vida anterior, pero con la sensación ardiente de que había dejado asuntos inconclusos. Esta vez, en su nacimiento, su Guardián no fue un lobo de fuego ni un tigre de viento... sino una criatura prohibida: un Dragón de Sombra, un ser que no pertenecía a ningún elemento natural conocido.
Marcado por la sospecha, temido por los sabios, y vigilado por la realeza, Caelan tendría que navegar una vida plagada de secretos, donde su Dominio —aún desconocido y errático— lo conectaba tanto a la luz de los ángeles como a la oscuridad de los demonios.
El equilibrio del mundo se resquebrajaba. Familias nobles caían, reyes morían sin dejar herederos, y bestias salvajes surgían de grietas en la tierra misma. A medida que su poder crecía, Caelan descubriría que su reencarnación no era un accidente. Él era la pieza clave en un juego ancestral entre fuerzas divinas y malditas... y el mundo entero era el tablero.
Para sobrevivir, Caelan tendría que domar su Guardián, desentrañar el misterio de su pasado, formar alianzas improbables con hadas y espíritus, y desafiar a la mismísima nobleza y realeza que pretendían usarlo como un arma o destruirlo.

"El Guardián de las Sombras Primordiales"

# 📖 Capítulo 22 — Ecos en la Penumbra

### 🐺 Torre del Filo Carmesí — Cámara de los Susurros

Las llamas danzaban suavemente en los braseros del ala norte, donde los **Espías Carmesí**, la red secreta de los Dervair, operaban sin descanso. Sus miembros eran invisibles incluso para la nobleza; algunos sin nombres, otros sin rostros. Pero todos leales al fuego de su linaje.

Esa noche, uno de los más antiguos retornó de su misión más peligrosa: infiltrarse en los archivos ocultos de la **Casa Mernis**.

—Lo encontré —dijo con voz grave—. Elias Mernis no busca enfrentar a Caelan…

**Lioran**, jefe de inteligencia de los Dervair, asintió con el ceño fruncido. Frente a él, en una mesa repleta de artefactos de espionaje, estaban los **fragmentos de sombra** que su espía había robado de una cámara sellada. Magia prohibida.

—¿Cómo? ¿Encantamientos, venenos, pactos oscuros?

—Peor —respondió el espía—. **Manipulación emocional canalizada a través del Pilar.**

—Están usando un catalizador del Abismo del Eco para amplificar los impulsos del Fénix.

—Y Elias planea hacerlo parecer… como si la locura viniera de Caelan.

Lioran cerró los ojos. Sabía lo que esto significaba: si el plan Mernis tenía éxito, el **concilio entero se volvería contra el joven heredero**, viéndolo no como un salvador, sino como una bomba a punto de estallar.

—Aún no —respondió el espía—. Pero si no actuamos pronto, **las dudas sembradas crecerán** como raíces en su mente.

### 🦅 Caelan — Entrenamiento Interrumpido

Esa misma noche, Caelan practicaba en la cámara ígnea de su fortaleza, rodeado de círculos de fuego que respondían a su control mental. Tahr’vel, su bestia, rugía desde una plataforma elevada. Todo parecía estar bajo control… excepto su corazón.

Por alguna razón, sentía miedo. Ansiedad. Una punzada de duda que no podía explicar.

*"¿Y si pierdo el control? ¿Y si el fuego consume a mi padre? A mis aliados..."*

De pronto, un grito mental lo sacudió.

—**¡Caelan, detente!** —Era Lioran, entrando con urgencia.

Caelan lo miró confundido. El fuego a su alrededor comenzó a temblar, como si respondiera a sus emociones.

Lioran lanzó sobre el suelo uno de los fragmentos oscuros.

—Esto estaba en tu camino. En las ruinas donde entrenas. En tus ropas. En tu cámara.

—Los Mernis están usando estos fragmentos para **sembrarte pensamientos oscuros**. No es tu mente la que flaquea. **Te están envenenando el alma.**

Caelan cayó de rodillas. El peso se liberó… y la rabia lo reemplazó.

—Entonces… **intentaron usar mi mente como prisión**.

Sus ojos brillaron con un fuego más puro que nunca.

—Diles que no necesitan intentar controlarme desde las sombras…

—Pueden **enfrentarme cara a cara.**

### 🔥 Epílogo — Viento antes de la Tormenta

Desde su torre, Elias Mernis sintió el cambio en el aire. La pieza había sido tocada.

—Entonces has despertado aún más, Caelan…

—Perfecto. Ahora veremos si el Fénix sabe **volar contra el viento.**

**FIN DEL CAPÍTULO 22 — Ecos en la Penumbra**

Capítulo 22 — Ecos en la Penumbra.