emyshchion

En un mundo donde cada ser humano nacía con un Guardián Bestial, criatura forjada de la magia de los elementos primordiales —fuego, agua, viento, tierra—, la vida era una danza eterna entre el poder y el destino. Desde su primer aliento, a cada niño se le concedía no solo una bestia, sino también un Dominio: una afinidad mágica que moldearía su camino, ya fuera la invocación de tormentas, la manipulación de las llamas, la comunión con la tierra o el fluir del agua.
La nobleza y la realeza eran castas no solo de sangre, sino de poder. Las Casas más antiguas dominaban elementos raros: hielo, relámpago, sombras, incluso éter espiritual. Ángeles custodiaban antiguos pactos de equilibrio. Demonios susurraban tentaciones en las noches más oscuras. Hadas y espíritus vagaban entre los mortales, invisibles para la mayoría, pero vitales en los hilos del destino.
En este mundo nació —o más bien, renació— Caelan Duskvarr, un alma vieja atrapada en un cuerpo joven, sin memoria clara de su vida anterior, pero con la sensación ardiente de que había dejado asuntos inconclusos. Esta vez, en su nacimiento, su Guardián no fue un lobo de fuego ni un tigre de viento... sino una criatura prohibida: un Dragón de Sombra, un ser que no pertenecía a ningún elemento natural conocido.
Marcado por la sospecha, temido por los sabios, y vigilado por la realeza, Caelan tendría que navegar una vida plagada de secretos, donde su Dominio —aún desconocido y errático— lo conectaba tanto a la luz de los ángeles como a la oscuridad de los demonios.
El equilibrio del mundo se resquebrajaba. Familias nobles caían, reyes morían sin dejar herederos, y bestias salvajes surgían de grietas en la tierra misma. A medida que su poder crecía, Caelan descubriría que su reencarnación no era un accidente. Él era la pieza clave en un juego ancestral entre fuerzas divinas y malditas... y el mundo entero era el tablero.
Para sobrevivir, Caelan tendría que domar su Guardián, desentrañar el misterio de su pasado, formar alianzas improbables con hadas y espíritus, y desafiar a la mismísima nobleza y realeza que pretendían usarlo como un arma o destruirlo.

"El Guardián de las Sombras Primordiales"

# 📖 Capítulo 29 — Ecos de los Renacidos

### 🌌 Una visión más allá del tiempo

Caelan despierta en la madrugada. No está en su habitación. Tampoco sueña.

**Está en un plano suspendido**, donde el espacio no tiene forma y el tiempo respira como un ser vivo.

Frente a él, hay **cinco figuras**. Sombras nítidas, cada una vibrando con una energía distinta. No hablan con voz, sino con presencia. No se muestran, pero él **los entiende.**

Y uno, uno en particular, se acerca más.

**Figura masculina, alta, de piel ennegrecida por magia de muerte y ojos rojos como carbones.** Lleva una lanza de hueso viviente, y su bestia guardiana —una quimera ígnea de tres cabezas— se retuerce a su alrededor.

> —Pero ahora estás despierto.

> —Te estábamos esperando, Kael-Razeth.

—Los que el mundo no pudo enterrar.

—Los que cayeron... y renacieron con una deuda.

### 🕯️ Cada uno con una llama

Uno a uno, los otros se presentan solo con energía. Todos son **reencarnados conscientes**, portadores de recuerdos olvidados. Algunos ya han reclamado poder. Otros, **esperan el momento de surgir.**

**La Dama de los Susurros**: Envuelta en niebla espiritual, con un halcón espectral. Su dominio es el **vacío del sonido**.

**El Devora-Cielos**: Un hombre sin rostro, de dominio **eléctrico-corrupto**, acompañado de una serpiente hecha de tormentas.

**El Silente de Plata**: Un joven con máscara y voz muda, cuyo dominio es el **reflejo**, capaz de replicar cualquier estilo de combate que haya visto una sola vez.

**La Heralda de las Raíces**: De ojos verdes brillantes, habla con árboles y almas muertas. Su bestia es un ciervo colosal de cristal vivo.

Y por último… el Guerrero de Obsidiana.

> —Nos reencontraremos, hermano de la llama.

> —Pero la próxima vez… **no estaremos del mismo lado.**

### ☀️ Amanecer y consecuencia

Sudor frío. Respiración contenida. Y sobre su mesa, **una marca nueva ha aparecido en el mapa del mundo**: una pequeña isla flotante que antes no estaba ahí… y que **solo él puede ver.**

> —Ellos ya están en movimiento…

Y Tahr’vel, que había estado en silencio hasta ahora, responde con tono grave:

> —Y lo peor… es que no eres el primero que los ha visto.

**FIN DEL CAPÍTULO 29 — Ecos de los Renacidos**

El mundo se expande. Caelan ahora sabe que hay otros como él… y no todos desean preservar el equilibrio. Algunos buscan el caos. Otros, **recordar quiénes fueron y reclamar lo que perdieron.