emyshchion

En un mundo donde cada ser humano nacía con un Guardián Bestial, criatura forjada de la magia de los elementos primordiales —fuego, agua, viento, tierra—, la vida era una danza eterna entre el poder y el destino. Desde su primer aliento, a cada niño se le concedía no solo una bestia, sino también un Dominio: una afinidad mágica que moldearía su camino, ya fuera la invocación de tormentas, la manipulación de las llamas, la comunión con la tierra o el fluir del agua.
La nobleza y la realeza eran castas no solo de sangre, sino de poder. Las Casas más antiguas dominaban elementos raros: hielo, relámpago, sombras, incluso éter espiritual. Ángeles custodiaban antiguos pactos de equilibrio. Demonios susurraban tentaciones en las noches más oscuras. Hadas y espíritus vagaban entre los mortales, invisibles para la mayoría, pero vitales en los hilos del destino.
En este mundo nació —o más bien, renació— Caelan Duskvarr, un alma vieja atrapada en un cuerpo joven, sin memoria clara de su vida anterior, pero con la sensación ardiente de que había dejado asuntos inconclusos. Esta vez, en su nacimiento, su Guardián no fue un lobo de fuego ni un tigre de viento... sino una criatura prohibida: un Dragón de Sombra, un ser que no pertenecía a ningún elemento natural conocido.
Marcado por la sospecha, temido por los sabios, y vigilado por la realeza, Caelan tendría que navegar una vida plagada de secretos, donde su Dominio —aún desconocido y errático— lo conectaba tanto a la luz de los ángeles como a la oscuridad de los demonios.
El equilibrio del mundo se resquebrajaba. Familias nobles caían, reyes morían sin dejar herederos, y bestias salvajes surgían de grietas en la tierra misma. A medida que su poder crecía, Caelan descubriría que su reencarnación no era un accidente. Él era la pieza clave en un juego ancestral entre fuerzas divinas y malditas... y el mundo entero era el tablero.
Para sobrevivir, Caelan tendría que domar su Guardián, desentrañar el misterio de su pasado, formar alianzas improbables con hadas y espíritus, y desafiar a la mismísima nobleza y realeza que pretendían usarlo como un arma o destruirlo.

"El Guardián de las Sombras Primordiales"

# 📖 Capítulo 54 — El Trono Alerta

### 🏛 El Concilio de los Siete Sellos

En el corazón de la ciudad flotante de **Arh’Zehal**, se convoca una sesión de emergencia. El **Concilio de los Siete Sellos**, compuesto por archimagos, nobles inmortales, descendientes de tronos antiguos y emisarios de planos celestes, se reúne por primera vez en siglos.

Una grieta recorre la mesa de obsidiana. No fue física… fue simbólica. La **reactivación del Santuario del Velo Roto** ha sido detectada. Y con ella, un nombre resuena entre ecos de fuego: **Caelan**.

> **Archimaga Rhazira (elemento luz)**:

> —Si accedió al núcleo, ya no es un individuo.

> Es un catalizador.

> **Daimon Elor (elemento sombra, noble)**:

> —Uno que ha tocado el Fragmento de la Voluntad…

> ¿Volvemos a jugar con fuegos que destruyeron el primer mundo?

### ⚖ División

El Concilio se divide en tres facciones:

- **Preservadores**: quieren eliminar a Caelan de inmediato. Temen que repita los errores del pasado.

- **Observadores**: desean seguir su desarrollo… como si fuera un experimento.

- **Restauradores**: creen que puede romper el Ciclo. Y tal vez sea necesario.

> —¿Y si esta vez, en lugar de sellarlo… lo guiamos?

> —¿Guiarlo?

> ¿O manipularlo como hicieron con los Tronos Caídos?

### 🪄 El Despertar de los Cazadores del Ciclo

La votación final no ocurre. Un artefacto dorado, **el Ojo del Origen**, brilla con una luz carmesí.

Esa señal solo significa una cosa:

> **El Ciclo ha sido intervenido sin autorización**.

El Ojo libera siete esquirlas, cada una volando hacia un punto del mundo. El Concilio ha activado a sus agentes durmientes: los **Cazadores del Ciclo**.

Cada uno ha sido creado, entrenado y modificado para una única misión:

**Destruir a quienes desafíen el flujo eterno.**

### 🧥 El Primer Cazador: Feyn, el Sin-Dominio

En la escena final, en un bosque muerto, una figura se despierta entre raíces rotas. No tiene bestia guardiana. No tiene dominio elemental. Pero camina… y el mundo **retrocede a su paso**.

> Antes de que ardas más alto,

> yo seré el que apague tu chispa.

**FIN DEL CAPÍTULO 54 — El Trono Alerta**

*Los que gobiernan desde las alturas ahora sienten el calor… de un fuego que no les pertenece.*

Capítulo 54 — El Trono Alerta.