CAPÍTULO 109

En ese momento, los murmullos alrededor de la mesa se intensificaron mientras la tensión en el aire se espesaba. Todas las miradas estaban fijas en Valentina, sus expresiones eran una mezcla de curiosidad e inquietud. Intentaban entender qué estaba pasando, por qué ella estaba tan empeñada en demostrar su punto.

Desde su perspectiva, el precio que veían en sus menús era exactamente el que se había calculado en la cuenta.

No había discrepancia, ni cambio repentino en las cifras. Entonces, ¿por qué Valentina estaba reaccionando así? ¿Era realmente incapaz de pagar, o había algo más en juego?

Más susurros se extendieron por la sala. Algunos de los empleados intercambiaron miradas, sin saber qué pensar de la reacción de su directora. No podían cuestionarla abiertamente, no cuando ella era la máxima autoridad en la empresa, pero la duda era evidente en sus ojos.

En ese momento, los dos gerentes, Hudson y Camille, intercambiaron una mirada cómplice antes de acercarse a Valentina.