CAPÍTULO 114

En ese momento la tensión se espesó, sofocándolos a todos.

Entonces el pecho del camarero subió y bajó rápidamente, su miedo entrelazado con esperanza, al escuchar que Valentina realmente le creía.

En ese momento Hudson abrió la boca, queriendo proteger, pero no salieron palabras.

Sin perder más tiempo, el camarero continuó, con voz temblorosa.

—Me prometieron un puesto en Sterling Design —repitió, su voz temblando pero firme—. Dijeron que si lograba hacer esto perfectamente, se asegurarían de que consiguiera un mejor trabajo que este. Un trabajo estable. Algo mejor que trabajar aquí como camarero.

Inmediatamente una ola de conmoción recorrió al personal de Sterling Design. Sus ojos se abrieron de par en par, algunos murmurando con incredulidad, otros intercambiando miradas nerviosas, tratando de procesar lo que acababan de escuchar.

Inmediatamente Hudson y Camille se quedaron paralizados, sus cuerpos tensándose. Pero solo duró un segundo.

Luego vino el pánico.