Capítulo 184

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Cuando Raymond salió al fresco aire nocturno, dejando atrás el almacén ensangrentado, sus pensamientos se sumergieron más profundo.

A pesar de la ira ardiente que aún se enroscaba dentro de él, una pequeña parte no podía negarlo: estaba viendo progreso.

Esta Valentina... era diferente.

La Valentina que solía conocer —si hubiera sido la antigua ella, la versión anterior— ya se habría derrumbado. Se habría quebrado por completo, dependiendo de él para cada paso, cada respiración.

Ni siquiera habría pensado en enfrentarse a nadie, mucho menos pedir encargarse de María ella misma.

Y su familia... su maldita familia... antes, la habrían aplastado sin que ella lo supiera. Manipulado, destrozado, usado como un peón.

Pero ahora, estaba contraatacando, aunque su fuerza aún fuera tosca, aunque todavía no comprendiera completamente a lo que se enfrentaba.

En ese momento, los labios de Raymond se tensaron formando algo parecido a una sonrisa orgullosa.

—Bien.