Denis dio media vuelta, con los ojos ardiendo. —¿Quieres que le pida ayuda? ¿A ese perdedor? ¿Hablas en serio?
—Tiene conexiones con el Sphere Group —dijo Gabriel secamente—. No tienes que caerle bien. Pero si puede conseguirnos una entrada con Sphere, vale la pena tragarse el orgullo. Necesitamos ese acuerdo. Una vez que aseguremos la asociación...
—No voy a suplicarle nada —gruñó Denis, interrumpiéndolo—. Yo mismo averiguaré cómo conseguir la cita. No me presiones con esto.
Salió furioso, haciendo temblar la puerta con un violento portazo.
—Denis, idiota. —Los músculos faciales de Gabriel temblaron de rabia. Su puño golpeó con fuerza la mesa—. No voy a dejar que lo arruines todo.
Denis irrumpió en su oficina, con los ojos ardiendo de ira mientras la voz de su padre seguía repitiéndose en su cabeza como un eco molesto.
—¿Quiere que le pida ayuda a Agustín? ¿Ha perdido la cabeza? —gruñó en voz baja, paseando por la habitación—. Soy Denis Beaumont, no le ruego a nadie.