El hermano gemelo de Agustín.

Gabriel miró a su padre, atónito y en silencio. El pensamiento resonó en su mente como una bofetada—. «Agustín heredará todo» —murmuró entre dientes.

Por un momento, no pudo procesarlo. Había estado seguro de que las acciones serían para él. Después de todo, él era el heredero legítimo. Esto... esto se sentía como una traición.

Si Dimitri seguía adelante con esto, Agustín controlaría casi la mitad de la empresa. Con el 15% de su difunto padre y el 30% de Dimitri, se convertiría en el accionista mayoritario. Podría apoderarse de la presidencia.

El control de Gabriel desaparecería. Su expresión se torció cuando la realización lo golpeó. La conmoción dio paso a la furia, burbujeando rápidamente a la superficie.

—No puedes hablar en serio —espetó, levantándose de su asiento como un resorte. Su voz era afilada, temblando de emoción—. ¿Se lo estás dando todo a Agustín? ¿Has perdido la cabeza? Ese es mi derecho de nacimiento.