El encuentro repentino de Ana con Denis

Ana dudó, sus ojos desviándose hacia Paule. No quería irse. Después de todos estos dolorosos años, solo quería quedarse unos momentos más junto a su padre.

Paule la miró, sus cansados ojos suavizándose mientras lentamente levantaba su mano hacia ella.

Pero Patricia interceptó rápidamente el gesto, tomando su mano entre las suyas. —Déjala ir —dijo, fingiendo preocupación—. Debe haber dejado su trabajo para venir aquí. Debería regresar. ¿Verdad? —Sus ojos se dirigieron hacia Ana, agudos y despectivos—. Debes estar ocupada.

Ana sintió la punzada detrás de las palabras. Era evidente que no la querían allí. Tragándose el dolor que subía por su garganta, asintió lentamente. —Papá, volveré más tarde. Necesito regresar a la oficina. —Esbozó una pequeña sonrisa tranquilizadora para él.

Paule parpadeó una vez y le dio un lento asentimiento.

Ana se quedó un momento, luego se dio la vuelta y salió.