Kong Wen y Chi Yan estaban aún más envidiosos.
La Familia Su era una existencia que admiraban, y la Familia Han... eso estaba más allá de sus sueños más salvajes.
—¿Este robot es el que apareció en las noticias hace dos años? —preguntó Chi Yan con envidia y curiosidad—. ¿Súper inteligente, capaz de hacer todas las tareas domésticas como un humano, incluso puede operar algunos electrodomésticos simples, y hasta puede aprender y actualizarse a sí mismo?
Su Qing negó con la cabeza con pesar.
—Ese robot es un proyecto central del Grupo Hanwan. No solo cuesta hasta cien millones, sino que tampoco está a la venta para el público, solo se entrega como regalo a VIPs importantes.
Al escuchar esto, Chi Gui le dio a Su Qing una mirada algo sorprendida.
Ella nunca había usado un mayordomo robótico antes y estaba completamente poco familiarizada con ellos.
Little Guai era tan avanzado, que ella había pensado que así de lejos había llegado la tecnología.