Chi Gui estaba leyendo un innovador artículo de investigación sobre enfermedades neuroquirúrgicas, publicado recientemente por un profesor internacional. Todo el contenido estaba en inglés, pero ella lo comprendía sin esfuerzo.
Absorta en el artículo, de repente escuchó una voz tímida sobre ella.
Frunció el ceño instintivamente, luego miró hacia arriba.
—Ah... eres tú... No es nada, no te preocupes.
La voz de Chi Gui era tranquila, sin mostrar impaciencia por la interrupción ni disgusto.
Esto alivió a la chica, quien entonces habló:
—Mi nombre es Su Niannian... Me fui con tanta prisa la última vez que no pude agradecerte adecuadamente. ¿Puedo invitarte a comer?
Chi Gui no quería ir.
Pero justo cuando estaba a punto de rechazar, vio que el rostro de Su Niannian se tensaba, como si estuviera a punto de desmayarse, con los ojos rojos, luciendo completamente lastimera.
Chi Gui dejó escapar un suspiro interior.
—De acuerdo.