Ji Yunzhi comprendió rápidamente que sin importar cuánto ofreciera, el encargado de la tienda no doblaría las reglas.
Y por la forma en que se comportaba el encargado de la tienda, era evidente que esperaba que sus reglas fueran respetadas.
No estaba molesto por no poder comprar otra lata, pero no podía evitar preguntarse por qué estaba limitado a solo una por día. Sin embargo, pensar en ello solo lo dejaba más frustrado.
Al final, decidió dejar de lado ese pensamiento y en su lugar hizo otra pregunta.
—Encargado de la tienda, ¿sería posible que me llevara esta lata vacía conmigo?
—Me gustaría estudiarla más a fondo.
Como alquimista, estaba acostumbrado a diseccionar la composición de los materiales, ya fueran hierbas, píldoras o pociones. Incluso el recipiente mismo podría contener algunas pistas.
Quizás contenía rastros de los ingredientes del Refresco o esencia residual dejada atrás. Era un hábito básico para alguien de su oficio.