¿Pueden los fideos traer venganza y poder a un loco?

Incluso podría... incluso podría ser capaz de vengarme de la secta que destruyó mi clan. Me elevaré por encima de todos ellos. No sabrán qué los golpeó.

La respiración de Dou Xinshi se volvió pesada, sus dientes apretados con fuerza.

Podía sentir el fuego de la venganza ardiendo dentro de él, un nuevo propósito echando raíces en su corazón.

Los recuerdos de su clan caído - su familia, su gente - todavía estaban frescos, quemando a través de su mente.

¡Ahora tenía la oportunidad de hacer que todo estuviera bien!

Cuanto más pensaba en ello, más convencido estaba de que este era el camino. El camino de la venganza, el camino del poder y el camino de los fideos eternos.

«Tengo que hacerlo. No puedo fallar de nuevo. Debo regresar...»

—¡Debo comprar más fideos! —murmuró Dou Xinshi, caminando por la calle con ojos abiertos y puños apretados.

Sus labios se curvaron en una sonrisa que no se dio cuenta que tenía. Luego esa sonrisa se ensanchó. Y se ensanchó más.