El Emperador Yunlan Haorang asintió con una leve sonrisa.
Y en ese instante, la luz regresó a los ojos de Old Tiger Zhao.
—¡Ja! ¡Ahora estamos hablando!
Le dio una palmada ligera en la espalda al emperador como si fuera un viejo amigo.
—¡Deberías haber empezado por ahí, viejo!
La escolta del emperador reaccionó al instante. Las manos se dirigieron hacia anillos de almacenamiento, las mangas se crisparon, las túnicas se agitaron como si ocultaran algo afilado.
Sus miradas se fijaron en Old Tiger Zhao, y en ese instante, incluso la más suave brisa podría haber desencadenado una masacre.
Zhao Huan y Xie Feiyan, sombras siempre presentes junto al emperador durante sus visitas a la tienda, permanecieron calmados.
Pero el tercero, que era desconocido, dejó ver su intención.
No fue mucho. Apenas un hilo de aura asesina se filtró.
Pero fue suficiente para hacer que Dou Xinshi instintivamente se escondiera detrás de Old Tiger Zhao.