¡Whoosh!
La sombra de un látigo negro atravesó el aire, dirigiéndose directamente hacia el rostro de Xiao Yi.
El látigo era extremadamente rápido.
Las cejas de Xiao Yi, similares a espadas, se fruncieron mientras instintivamente levantaba la mano para agarrar el látigo y luego lo estrellaba contra el suelo. Con un fuerte ruido, la sombra oscura cayó y golpeó la superficie con fuerza.
—Ay... —Un gemido siguió.
Era un joven vestido de negro, montando una bestia completamente negra, con dos cuernos en su cabeza, con forma de toro, causando estragos por el camino. A su paso, había derribado a varias personas.
Inesperadamente, cayó en manos de Xiao Yi.
¡Whoosh!
El joven se levantó del suelo, mirando furiosamente a Xiao Yi con los dientes apretados y dijo:
—Maldito bastardo, ¿quién te dio el valor para bloquear mi camino? ¡Ven aquí y arrodíllate para disculparte!
Xiao Yi entrecerró los ojos y dijo: