Al llegar a la cocina, el Rey Killian no perdió tiempo en levantar a Elena y sentarla en una de las encimeras de mármol.
—Dime —dijo él, con voz baja—, ¿qué quieres comer?
—Hmmm —murmuró ella, balanceando sus piernas juguetonamente—. Creo que arroz con estofado de verduras estará bien para mí. —Soltó una risita suave.
—Arroz con estofado de verduras será —respondió Killian, ya volteándose para enjuagarse las manos.
Agarró una tabla de cortar y todas las verduras que necesitaría, lavándolas minuciosamente antes de comenzar a cortarlas, moviéndose desde las más blandas hasta las más duras. Sus manos trabajaban rápidamente y de vez en cuando, miraba hacia ella con esa expresión indescifrable suya.
Las mejillas de Elena se sonrojaron mientras lo observaba. Ni siquiera se había dado cuenta de que cortar verduras podía verse sexy... hasta ahora.