Sacrificio

Después de que el hombre se disculpara con Elena, aún así procedió a preparar el helado para ella, el cual ella devoró y le agradeció. También deseó volver a verlo pronto para comer más, y esto fue lo único que lo salvó de morir ese día. El Rey dijo que era libre de vivir hasta que Elena se cansara de su helado. Él le agradeció a Elena y luego se alejó conduciendo a toda velocidad.

Dentro del coche, Elena no dijo una palabra mientras lamía su helado como una niña, asintiendo con la cabeza como si siguiera el ritmo de una música inaudible. Realmente estaba disfrutando del sabor del helado y el Rey Killian disfrutaba viéndola. Terminó en un abrir y cerrar de ojos y lanzó el vaso a la papelera que estaba frente a ellos.