¿Peligro?

Los ojos del Rey Killian se abrieron de par en par por la sorpresa cuando pieles negras comenzaron a desgarrarse desde sus manos y piernas. Jadeó cuando sus dientes y garras se alargaron sin que él lo ordenara. Sintió que su visión cambiaba de clara a roja y su cuerpo se hacía más grande. Otro dolor insoportable volvió, e intentó gritar, pero en su lugar, un fuerte y atronador aullido escapó de su boca.

«¿Por qué estoy transformándome?! ¡No se supone que deba hacerlo!», pensó el Rey internamente, su corazón latiendo más rápido con cada segundo. Otro dolor llegó y sus huesos comenzaron a romperse y reordenarse.

Esto no debería estar sucediendo. El Rey Killian no debería estar transformándose porque era parte de la maldición. Además de atar su lado más poderoso, el Rey Killian también estaba maldito para nunca transformarse. Solo podía sacar sus garras pero nunca transformarse. Entonces, ¿qué estaba pasando? ¿Por qué de repente se estaba transformando?!