Un Rey

Cuando Elena entró en su habitación, corrió al baño para darse un agradable baño caliente. Durante todo el tiempo que estuvo en la bañera, no podía dejar de pensar en Xavier y qué esperar de él a continuación. ¿Cuál sería su próxima travesura? ¿La envenenaría o le raparía la cabeza?

Elena no pudo evitar rodear su cabeza con las manos ante la idea de que Xavier le rapara el pelo. No lo quería, no quería ninguna de sus bromas. «¿Debería informar de esto a Killian?», pensó, pero luego suspiró derrotada sabiendo que a él no le importaría, especialmente ahora que parecía querer evitarla.

«¿Por qué me odia tanto?», susurró Elena para sí misma, haciéndose la misma pregunta que se había hecho un millón de veces en el pasado, pero nunca obtuvo respuestas. Siempre llegaba a un callejón sin salida.