Avery estaba acostada en la cama. Claramente estaba muy relajada, pero no podía conciliar el sueño. Lo que su padre le había dicho seguía resonando en su mente, recordándole a la familia Murphy. Desde que era pequeña, las palabras o comentarios más frecuentes de Regina hacia ella eran:
—¿Por qué no sobrevivió tu hermano?— o —Es bueno que tu hermano haya sobrevivido—. Si le iba bien o ganaba un honor, Regina diría con una expresión de pesar:
—Si tu hermano todavía estuviera aquí, definitivamente sería más inteligente que tú y lo haría mejor que tú—. Si no le iba bien o no ganaba —aunque esta situación era muy rara, ya que normalmente cometía errores deliberadamente o se rendía— Regina diría algo como:
—Si solo tu hermano estuviera aquí, definitivamente no lo haría tan mal—, con una expresión de decepción. Cada vez que esto sucedía, Isaac miraría a Avery con una mirada arrepentida y persuadiría a Regina:
—No digas más esas cosas. Han pasado tantos años. Es hora de que lo superes.