CAPÍTULO 136

Detrás de las hileras de estantes colgados con frijoles, un joven estaba ligeramente inclinado, desmalezando en el campo de cultivo. Era alto y de piernas largas, llevaba un sombrero vaquero marrón, una camiseta sin mangas blanca y pantalones azules. Una toalla blanca colgaba alrededor de su cuello, y los bajos de sus pantalones estaban enrollados por encima de sus rodillas, revelando su fuerte pecho, poderosos brazos y pantorrillas bien proporcionadas. Su piel sana y bronceada por el sol brillaba con una fina capa de sudor que resplandecía encantadoramente bajo la luz del sol. Lo extraño era que, aunque era un agricultor haciendo trabajo de campo, sus acciones no eran toscas en absoluto. En cambio, emanaba un aura refinada y masculina. Luna sintió que era como uno de esos hombres talentosos que se mudaban al campo para vivir una vida más sencilla. Incluso con ropa áspera y haciendo trabajo agrícola, no podía ocultar su temperamento refinado innato.