Luna se dio la vuelta y vio a una mujer de unos veinte años con un rostro y figura agradables. Llevaba una camisa de manga larga y pantalones, acercándose con dos bolsas en sus manos. Sus miradas se encontraron, y la expresión de Linda cambió instantáneamente. Sus ojos se llenaron de celos y hostilidad. Luna estaba demasiado familiarizada con esa mirada. No queriendo causar problemas, rápidamente entró por la puerta y se hizo a un lado, esperando que la otra mujer no viera su rostro.
A los ojos de Linda, las acciones de Luna solo la exponían más. La expresión de Linda se volvió aún más fea. Quería preguntar quién era esta mujer, pero la expresión de Jaden era aún más severa. Él miró a Linda con una mirada feroz.
—¿Crees que mi advertencia es falsa, o crees que no es importante? —dijo.
Linda se tragó su odio y no se atrevió a mirarlo a los ojos. Bajó la mirada y dijo: