La selva tropical de Asnaoya era conocida como una zona prohibida para los humanos. Abarcaba una vasta área con terreno complejo, incluyendo bosques, estanques, montañas, pantanos, cuevas, cañones, acantilados y más, lo que hacía fácil perderse. El clima allí era impredecible, cambiando repentinamente de soleado y abrasador a cielos completamente negros con lluvias torrenciales. El día y la noche parecían dos mundos completamente diferentes. La selva tropical albergaba criaturas peligrosas, como pitones, serpientes venenosas, gorilas, leopardos, pirañas e hipopótamos. Aún más aterradoras eran las amenazas invisibles: insectos venenosos, mosquitos, hormigas y gases metano. Era un lugar que incluso los lugareños temían pisar.
Avery no podía entenderlo y dijo:
—Siempre ha sido tan sereno y debe saber lo peligrosa que es esa selva tropical. No creo que corriera un riesgo tan grande solo para cazar al líder rebelde. Prometió que regresaría pronto para llevarme a cenar.