CAPÍTULO 178

Avery se quedó sin palabras. Alaric era joven y siempre adorable. Realmente no había nada que pudiera hacer con él. Acarició suavemente la cabeza de Alaric, como si estuviera calmando a un golden retriever. —Sí, ha sido duro para ti.

—No, no es difícil —continuó llorando Alaric—. Mientras pueda seguir practicando deportes y participando en competiciones, estoy dispuesto a sufrir sin importar lo duro que sea. S-Simplemente no esperaba poder cambiar las cosas. Se siente como si hubiera obtenido una nueva oportunidad de vida.

Los amigos de Alaric, que habían venido a celebrar su cumpleaños, se quedaron sin palabras ante esta escena. Alaric ya era un adulto, pero seguía llorando en los brazos de su hermana. Era vergonzoso. Sin embargo, también le envidiaban por tener una relación tan cercana con una hermana tan excepcional.