—¡Tómala ahora! —grita mi lobo—. Mike se la folló, Jesse también. ¡Yo también quiero estar dentro de ella!
—¡Pues vete a la mierda! —le digo—. ¡Necesito respirar primero o me moriré! —le dije mientras acababa de explotar en su boca.
—¿Quién necesita respirar cuando ella está balanceando su culo en el aire frente a nosotros, estúpido humano? —y como ya sabe que si no me muevo rápido Mike me apartará y se la follará de nuevo, gruñe en mi mente—. ¡AHORA!
Bueno, tiene razón. ¿Quién coño necesita ser un caballero cuando tenerla es un juego de vida o muerte?
La veo levantando su culo en el aire mientras se queda en posición de perrito y está volviendo hacia Jesse.
¡Bueno, eso no va a suceder!
Estiro mis brazos y la jalo hacia mí, haciéndola caer sobre su abdomen. Pero ella se está riendo, divertida por mi reacción.
¡Ríete todo lo que puedas, muñeca! El gran lobo feroz te va a atrapar... o follar.