Rosa solo mira a sus ojos y ya no puede hablar más. Ella simplemente sabe lo que sigue y es suficiente para sentir sus emociones como pareja, y todas las respuestas están frente a ella.
¿Cómo diablos fue semejante tragedia? Siempre se lo preguntaba. Esa tragedia le trajo libertad, pero el precio fue muy difícil de afrontar.
—Cuando rescatamos a Rosa, muchas preguntas surgieron en mi mente. La salvamos y la trajimos aquí, pero todavía había mucho misterio alrededor del ataque. Por eso estuve de acuerdo tan fácilmente con el plan de nuestros padres para protegerte, Ángel. Todo era condenadamente extraño.
—¿Viste este tipo de manchas en la Manada de Orión? —y las lágrimas comienzan a fluir de los ojos de Rosa. Ella era la Luna de esa maldita horrible manada, y no importa cuánto le hicieron daño, una Luna sigue siendo una Luna. Siempre se preocupará por su gente.